En los tiempos de mis abuelos, cuando la gente vivía en haciendas alejados de los centros poblados, era normal que se le pidiera a alguna persona que fuera en esa dirección, que le presentaran al más reciente hijo.
Como consecuencia, habían y todavía deben seguir habiendo, personas como mi tía abuela que siempre se han llamado por un nombre y al momento de algún papeleo se enteraron que tienen otro, personas con nombres mejor adecuados para sexo opuesto y personas como mi abuela que celebra su cumpleaños en una fecha distinta a la que aparece en la cédula.
domingo, 26 de mayo de 2013
Preséntame ese muchacho
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